Perfiles

Manola Robles, una voz en busca de la verdad

Se definía a sí misma como una reportera de economía, pero los chilenos recuerdan a Manola Robles (1948-2021) como la voz de radio Cooperativa que en los años ochenta intentaba a toda costa contar las verdades que la dictadura trataba de ocultar.

Durante sus más de 50 años de carrera como periodista, Manola Robles tuvo muchos trabajos distintos, pero al momento de su fallecimiento, el 3 de enero de 2021, los chilenos la recordaron solo por uno: haber sido una de las voces radiales imprescindibles durante la dictadura. “El diario de Cooperativa está llamando” era la frase que anunciaba que algo importante había pasado y en los años ochenta era habitual que fuera Manola Robles la que despachara la noticia de último minuto desde algún lugar de Santiago.

La memoria colectiva retuvo la voz de Manola Robles en aquellos años de censura oficial en que Radio Cooperativa era uno de los pocos medios que intentaba a toda costa informar de aquello que el gobierno militar quería esconder. Las noticias de último minuto rara vez eran buenas noticias y Cooperativa estaba en las calles reporteando las protestas y la represión.  Manola Robles sabía que la ciudadanía la asociaba con esos momentos, pero en una entrevista con la revista Ya, de El Mercurio, en noviembre del 2000, dijo que esa asociación no le acomodaba: “Me da lata, porque la verdad es que en la Cooperativa siempre reporteé economía, pero el recuerdo que tiene la gente es de Manola-protestas. Había protestas, pero no todos los días. Lo que yo hacía todos los días eran notas económicas.”

En esa misma entrevista se cuenta que su voz era tan icónica que una marca de ropa interior bautizó “Manola” a una de sus líneas y que incluso hubo un café concert protagonizado por una tal “Manola Cobres”.

La verdadera Manola Robles no sentía nostalgia de aquellos años, pero sí era consciente de la relevancia de la labor que hizo en la radio durante la dictadura. “Nosotros aquí dábamos todas las noticias que no era posible escuchar en otras radios y que no era posible leer en la prensa tradicional. O sea, aquí hay un compromiso con la verdad y eso fue calificado como prensa de oposición”, dijo en el documental “Periodistas: fragmentos para una historia”, realizado por Periodismo UDP.

Cooperativa era una radio de información general y como su redacción era pequeña, los periodistas terminaban reporteando varios frentes. La tarea principal de Manola Robles era efectivamente la economía, pero debía desplegarse en diversos ámbitos, como educación y transportes. A fines de diciembre de 2020, cuando se supo que estaba gravemente enferma, un grupo de periodistas envió una carta pidiendo que se le otorgara el premio Lenka Franulic. En la misiva, una ex colega recordó la vez que le tocó reemplazar a Robles, cuyas tareas parecían inabordables: “Casi me morí corriendo como loca para tratar de hacer los siete frentes de la Manola. ¡Era una tarea casi imposible!”.

En su entrevista con Ya, Robles enfrentó ese mito de que su vida era solo trabajo: “Siempre he tenido los horarios de cualquier periodista, nunca llego ni llegué, salvo por protestas o elecciones, a las doce de la noche. Nunca fui a una fiesta, a una cena, a no ser que fuera absolutamente necesario. Siempre viví de la pega a la casa. Pero mi hijo menor me acusa de haberlo abandonado. Y lo dice en serio”.

Su familia siempre fue su gran preocupación. Ella era muy apegada a su padre, un refugiado de la guerra civil española que entre otras cosas ofició de periodista y que murió a los 58 años. “Me da lata que no haya visto que fui periodista y que me fue bien, que la gente me respeta y que en general me tiene cariño”, dijo en la entrevista de revista Ya, en la que lloró al recordar a su padre, que no pudo volver a España porque murió antes que Franco.

Tras enviudar, su madre –“una mujer súper fuerte, trabajadora, política, enferma de democratacristiana”– tuvo que abrir un bazar para mantener a la familia y Manola comenzó a trabajar en radio Agricultura desde su primer año en Periodismo en la Universidad de Chile para ayudarla. Eso le impidió estudiar teatro, su otra gran pasión.

Tras egresar intentó seguir estudiando en España, donde se desempeñó en la agencia EFE y Diario Ya, pero terminó volviendo pronto. Trabajó en diversos medios, como radio Chilena, la agencia Orbe y TVN. El golpe de Estado de 1973 la pilló en el diario Última Hora.

Según el periodista Ignacio González Camus en su libro Radio Balmaceda 1973-76: bajo el asedio de los “Guatones” y Pinochet, Manola Robles no pudo volver a los medios en los primeros años de la dictadura por razones políticas. Trabajaba como ayudante de dentista y un día de 1979 se encontró en el centro con una ex colega que la llevó al Diario de Cooperativa, que entonces dirigía Delia Vergara. Fue así como se sumó al equipo de la radio, donde se convirtió en una voz icónica.

Pero ese largo periodo fuera del periodismo –en que incluso trató de aprender metalurgia– la marcó y la dejó para siempre con temor a la cesantía. “En la radio se ríen mucho, porque como cábala trabajo todos los 1 de enero. Mi teoría es que quien trabaja el 1 tiene trabajo el resto del año. Empecé con esta locura el 80, cuando entré a la radio. Nunca he dejado de cumplirla y no me ha fallado”, contó a revista Ya.

Según su cronología profesional publicada por Cooperativa, trabajó en esa radio entre 1979 y 2000, pero en paralelo desempeñó diversas labores, como asesora del Colegio Médico, corresponsal de la agencia Reuters y asesora de prensa del ex Presidente Patricio Aylwin, luego de que éste dejara La Moneda en 1994.

En noviembre del año 2000 renunció a Cooperativa, donde era editora, para asumir la agregaduría de prensa de la embajada de Chile en Argentina, labor que realizaría casi todo el gobierno de Ricardo Lagos. Durante un breve periodo fue directora de Contenidos y Servicios Informativos de Radio W, pero en 2006 partiría a la agregaduría de Chile en España hasta el final del gobierno de Michelle Bachelet, en 2010.

Al regresar a Chile volvió también a Cooperativa, donde a partir de 2010 se desempeñó como editora de Opinión del sitio web de la radio. Trabajó ahí hasta el 24 de diciembre de 2020, cuando por primera vez contó que estaba gravemente enferma. Moriría apenas dos semanas más tarde.