Perfiles

Julio Lanzarotti: de archivista a director de medios

El ex director de Ercilla y fundador de la Revista del Domingo fue un hombre de pocas palabras, pero claro en sus ideas. Apodado como “el maestro”, dejó una huella en la historia del periodismo nacional y terminó su carrera en el exilio en Venezuela.

 

Julio Lanzarotti Rivera, apodado “el maestro” por sus cercanos, tuvo una destacada trayectoria en las más importantes revistas de su época, a pesar de no haber estudiado periodismo. Nació el 26 de agosto de 1918, en el seno de una familia tradicional de clase media chilena. Estudió Derecho durante tres años y, paralelamente, trabajó en el cine de su abuela para costear sus estudios.

En 1945, su hermana María Lanzarotti realizó su práctica profesional en los archivos de la revista Ercilla, pero tuvo que dejar el trabajo por presiones de su madre. Julio decidió reemplazarla, comenzando así como archivero su carrera dentro de los medios de comunicación y del periodismo.

En Ercilla trabajó por diez años. Diariamente le dejaba a los periodistas un resumen noticioso para que pudiesen pautear. De esta manera, fue escalando hasta llegar al puesto de director de la revista.

Julio Lanzarotti era exigente y riguroso con la redacción de la revista. “Su don de mando y de orientación periodística es algo que fue reconocido por un hombre nunca igualado en nuestra crónica política: Luis Hernández Parker, que me confidenció un día: ‘desde que Julio dejó al dirección de Ercilla, mi nivel de redacción nunca fue el mismo. Nadie es irremplazable, pero no ha habido entre nosotros un nuevo Lanzarotti’”, señala su ex colega Luis Alberto Ganderats en un perfil publicado en la Revista del Domingo en 1984.

Cuando revista Ercilla pasó a manos de la editorial Zig Zag, Lanzarotti ya pensaba en irse, pero su hija Claudia afirma que el hito que causó su despido fue la visita del presidente de Estados Unidos de ese entonces, Dwight Eisenhower, noticia que Lanzarotti no quiso poner en la portada de la revista por pensar que existían acontecimientos más relevantes.

A fines de la década del ’50, fue director de dos revistas, La Voz, de orientación cristiana, y Desfile, la cual dirigió por diez años. En esta última revista se cubrió por primera vez el caso de la presencia de nazis en Colonia Dignidad. “En Desfile mi papá escribió más que en las otras grandes revistas, en las que participó más como editor y director”, recuerda su hija Claudia Lanzarotti.

El año 1966, el diario El Mercurio le solicitó que hiciera una revista dominical. Es así como Lanzarotti formó la revista El Domingo, cuyo equipo integraban Graciela “Totó” Romero y Luis Alberto Ganderats, a quienes se llevó desde la revista Desfile. “El proyecto era claramente una revista de interés general, con temas misceláneos y magazinescos, actualidad, tendencias y personajes. Es así como sus temas principales van desde la violencia universitaria (1968) hasta el delirio pop de Woodstock (1970), pasando por la hazaña del hombre en la Luna en 1969”, se describe en el libro “Una historia de las revistas chilena”, de Cecilia García-Huidobro y Paula Escobar.

La periodista Irene Geiss recuerda su mano de editor en el libro “Morir es la noticia”:

Julio Lanzarotti era tremendamente exigente. Su meticulosidad era tremenda. Una vez me obligó a hacer y rehacer 514 veces una nota. Aunque me iniciaba en el periodismo, me había acostumbrado a que mis textos sean aprobados sin mayores reservas por los jefes. Pero me tocó hacer un reemplazo en la Revista del Domingo, una nota sobre la película “2001, odisea del espacio”, del gran Stanley Kubrick, uno de los acontecimientos más relevantes de esa semana. No le gustó ninguna de mis versiones, me las destrozó una tras otra… Hasta que por fin quedó satisfecho.

Tras la llegada del gobierno de la Unidad Popular, Lanzarotti fue despedido de la revista por ser considerado de izquierda. Fue fichado entonces por la editorial estatal Quimantú, donde creó la revista Saber para todos, que hablaba de ciencia, cultura e historia, pero que tuvo sólo dos ediciones. Entre 1969 y 1970 participó de un programa de televisión de la Universidad de Chile. En este programa se desempeñó como panelista junto a los periodistas Silva Pinto, Carlos “Negro” Jorquera y Augusto Olivares, quien después fue jefe del área de comunicaciones de Salvador Allende.

Un año después del golpe de Estado de 1973, Lanzarotti se autoexilió. Su primer destino fue Argentina, específicamente Buenos Aires, donde estuvo cerca de un año. Luego viajó a Venezuela, donde creó y dirigió Siete Días, revista que tenía el mismo formato que El Domingo y pertenecía al diario El Nacional. También creó la revista de actualidad Elite.

Mientras estaba trabajando en Elite, le diagnostican cáncer a los pulmones y metástasis en los huesos, por lo que decidió volver a Santiago. Falleció ocho meses después en el año 1984, a los 66 años.

* Una versión de esta nota fue publicada en octubre de 2015 bajo la firma de Melisa González, Javiera Manríquez, Constanza Pastor y  Rodrigo Von-Marées. Fue revisada y editada en mayo de 2020.