Entrevistas

La sobrevivencia de Santiago Pavlovic post golpe: “Pinochet llamó al director ejecutivo de TVN para decirle que dentro del canal había un ‘infiltrado marxista’”

El creador del programa “Informe especial” aborda su trabajo durante la Unidad Popular y recuerda el golpe de Estado y cómo era ejercer el periodismo en la dictadura de Augusto Pinochet.

Santiago Pavlovic, egresado de la Universidad de Chile, entró a trabajar como practicante a Televisión Nacional en marzo de 1970. Meses después, en julio de ese año, fue contratado como periodista. Después de casi 53 años, sigue siendo parte del canal estatal, incluso integró el directorio de TVN en representación de los trabajadores.

En 1975 fue nombrado jefe del Servicio de Informaciones de TVN. En 1981, participó en la primera expedición chilena al monte Everest, tras lo cual creó el programa “Sucesos”. En 1984, junto a Patricio Caldichoury, Guillermo Muñoz, Alipio Vera y Marcelo Araya, lanzó el programa de reportajes “Informe especial”, que perdura hasta hoy.

Hace cuatro años se sumó a la conducción del espacio de conversación “Sin parche”, que hace referencia a su característico parche en el ojo izquierdo. Ojo que perdió de niño jugando con su hermano a la guerra: recibió un flechazo.

Ha cubierto conflictos en Afganistán, Ucrania, Irak e Israel, entre otros. En 2011 fue premiado por la Universidad Adolfo Ibáñez como “Figura del año en televisión”.

—Entró a TVN el año ’70. ¿Cómo fue trabajar en el canal durante la Unidad Popular?

—No era lo que muchos esperábamos. Se había creado Televisión Nacional y muchas de las personas que estudiamos en la Universidad de Chile teníamos la idea de tener una televisión pública. Era como un sueño: un canal público que se iba a diferenciar del gobierno de turno y que resistiría las presiones políticas de la oposición o de los partidos de gobierno. En el fondo, un canal como el que existía en los países democráticos de Europa, en Alemania Federal o como la BBC. Ese era el sueño. Durante el gobierno de Frei, eso se mantuvo relativamente.

—¿Y qué sucedió con el canal en la UP?

—En el gobierno de Allende eso se extremó y el canal fue manipulado y manejado políticamente. Se transformó en un canal partidista, un canal que era parte del sistema de comunicaciones del gobierno.

—Entonces, ¿el canal era completamente pauteado por el gobierno?

—Lo que pasaba es que los principales directivos eran de gobierno eran del Partido Comunista, del Partido Socialista, o independientes de izquierda. Y los programas apuntaban a eso. El canal era un canal de gobierno. Teníamos dificultades con aquello. Nuestro sueño era tener un canal independiente y autónomo.

La Moneda humeando 

—¿Cómo vivió el día del Golpe?

—Yo estaba en (la sección) Internacional de TVN en ese tiempo y sabía que había tensión, pero no estaba particularmente metido en el día a día de la situación política. Ese día partí con mi hija pequeña a la sala cuna y cuando llegué me dijeron: “Pero, Santiago, ¿qué está haciendo aquí si hay un golpe de Estado?”. Volví en taxi, mientras veía el desplazamiento de vehículos.

“A las 11 de la mañana llegué a mi departamento en la Villa Portales, en Quinta Normal. Y mi mujer me dijo que iban a bombardear La Moneda. Entonces, me subí a la torre del block y desde la torre de agua observé el bombardeo. A lo lejos vi los aviones, el humo, y el polvo. Yo estaba impresionado. Nunca me imaginé una situación como esa. Después bajé y me fui a caminar por la Alameda. Pasé por la Universidad Técnica (hoy USACH) que había sido atacada. Seguí caminando y llegué hasta La Moneda. Vi cómo un helicóptero disparaba contra el Ministerio de Educación. No me dejaron acercarme al palacio.

“Entonces sentí una explosión. Y partí para la sede del Partido Socialista. Luego a la Plaza de Armas y ahí apareció un amigo mío que había conocido en la escuela de periodismo. Era subteniente de la Armada y periodista. Se llamaba Magno Muñoz y estaba casado con Patricia Politzer. Este tipo me dijo que me iban a matar y que tenía que salir de ahí. A las 3:30 de la tarde estaba en el Ministerio de Defensa y vi La Moneda humeando. De ahí me volví caminado por la Alameda hasta mi departamento”.

—¿Cómo fueron los días siguientes?

—Al día siguiente andaban revisando los departamentos. La gente estaba deshaciéndose de publicaciones. Se escuchaban muchos disparos, no podíamos salir. Al otro día alguien de la población disparó, lo que provocó que el 14 llegaran militares a apuntar al edificio. El 15 volví al canal. Estaba la escoba: habían nombrado al coronel Héctor Orozco Sepúlveda como director de TVN.

A los tres meses del golpe de Estado, en diciembre de 1973, Pavlovic entrevistó a Augusto Pinochet en el canal. Y también le preguntó por las condiciones de los trabajadores. Luego de esta entrevista, Pinochet llamó al coronel Orozco para decirle que dentro de TVN había un “infiltrado marxista”. Se refería a Pavlovic.

En sus palabras, Orozco era más bien de centroizquierda, incluso, años más tarde, tendría una participación en la franja del “No”. Luego del episodio del “infiltrado marxista”, por el cual dice que pudieron haberlo despedido, el coronel le dijo que no se preocupara. Mantuvo al periodista en el canal.

Periodismo y democracia

—¿Cómo cambió el canal tras el golpe?

—Al producirse el golpe, el canal se transformó con un equipo propagandístico del gobierno y con militares aquí. El canal perdió toda suerte de credibilidad para buena parte de la población. Los primeros años de dictadura fueron con censura previa. El material que se emitiría tenía que ser revisado antes por los militares que estaban instalados aquí en TVN o por la gente del gobierno.

—¿Qué hacía usted en el canal?

—Estuve un tiempo como jefe de prensa, pero solo como cinco o seis meses porque me sacaron. Al mismo tiempo, me ofrecieron una beca en Alemania. Cuando volví de la RFA, fui jefe de informaciones. Ya después se me ocurrió hacer un programa de reportajes.

—Dentro de TVN, ¿cuál fue el hecho más duro que le tocó presenciar?

—Al segundo o tercer día que yo había vuelto, unos militares estaban quemando material gráfico que era de política. Era una locura. Estaban quemando rollos de películas de transmisiones de Allende, algo completamente impresentable. Además, éramos controlados directamente. Había un militar que se preocupaba de las noticias, de las cosas que se transmitían y de las que no. Eso era muy fuerte.

—¿Y fuera del canal?

—Yo me iba a la Villa Portales sin auto, porque no tenía. Y una vez vimos muertos en el río Mapocho. Un tipo estaba tirado debajo de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile y había algunos entrando al río para sacarlo. Obviamente había sido asesinado.

—Después de casi 50 años, ¿qué puede decir del periodismo en dictadura?

—No hay periodismo en dictadura. Su quintaesencia es convivir, vivir y desarrollarse en democracia. En dictadura no puede haber un periodismo libre y autónomo. No existe. En Cuba no hay periodismo. En Rusia, en estos momentos, no hay periodismo. En los países autocráticos o dictatoriales o con un gobierno totalitario de izquierda o derecha, tú no tienes periodismo. El auténtico periodismo se da en los grandes canales de Europa: en la BBC, en Alemania. Se da en los diarios como El País de España, La Repubblica de Italia, y The Guardian del Reino Unido. Esos son íconos del periodismo de verdad. Son los medios que a mí me guían.

“Siento que, en los otros medios, en los cuales hay una ideología y donde está primero la política y el poder, no hay verdadero periodismo. Para mí está indisolublemente unido el periodismo con la democracia. Donde hay democracia, hay periodismo”.