Carlos Basso Prieto es periodista, director de la Unidad de Investigación de El Mostrador y profesor de Periodismo de Investigación en la Universidad de Concepción. Además, es doctor en Literatura Latinoamericana y autor de libros como La CIA en Chile (2013), América nazi (2014), Chile top secret (2017) y La conexión chilena (2018). También ha incursionado en la novela con obras como Código América (2014) y Código Chile (2015).
Su trayectoria ha sido reconocida con importantes galardones, como el concurso de creación literaria del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes en dos ocasiones, y en 2015 fue seleccionado en el concurso de crónicas de la revista Libros de El Mercurio.
El fenómeno del crimen organizado, aunque creciente en Chile, sigue siendo un tema poco comprendido por la ciudadanía. En esta conversación, Basso profundiza en sus características, sus riesgos y el papel del periodismo en su cobertura.
–¿Qué es el crimen organizado?
–Hay muchas definiciones académicas que, a mi juicio, ya no son suficientes para describir lo que estamos viendo hoy. Desde el punto de vista jurídico, el crimen organizado se entiende como la asociación de dos o más personas con el objetivo de cometer delitos de forma sostenida en el tiempo, con jerarquía y recursos físicos a su disposición.
Basso sostiene que esta definición era útil para entender cómo operaban los narcotraficantes en zonas específicas del país, pero que el crimen organizado actual tiene características mucho más complejas.
“Este tipo de crimen, además de ser mucho más violento, es transnacional. Las bandas que operan en Chile tienen conexiones internacionales y ya no se limitan a grandes ciudades; están presentes en comunas pequeñas donde antes no ocurría nada”, dice. “Además, estas organizaciones manejan estructuras sofisticadas de lavado de dinero, involucrando a abogados, contadores y otros profesionales. Esto hace que las definiciones clásicas queden obsoletas”.
La cobertura del crimen organizado
El periodismo tiene un papel crucial en la lucha contra el crimen organizado, afirma el profesional, ya que la información permite a la ciudadanía entender el fenómeno y enfrentarlo. Según Basso, el periodismo de investigación en este ámbito es fundamental para alertar sobre los riesgos que enfrentan las democracias.
–¿Por qué el periodismo debe cubrir el crimen organizado?
–Basta con mirar la experiencia de países vecinos. México, Colombia y Ecuador son ejemplos claros de cómo el crimen organizado puede desestabilizar un Estado. Ecuador, hace 15 años, tenía tasas de criminalidad más bajas que Chile, pero hoy es un país militarizado, bajo el control de bandas con capital europeo y centroamericano. El periodismo debe narrar lo que está ocurriendo y, especialmente, aquello que representa una amenaza para nuestro sistema democrático. Desde ese punto de vista, el crimen organizado no solo es un problema de seguridad, sino una amenaza real hacia las democracias.
–¿Qué desafíos enfrenta el periodismo al cubrir este fenómeno?
–El periodismo siempre ha estado expuesto al peligro. Quienes ejercemos esta profesión debemos asumir ese riesgo. Sin embargo, el desafío más grande es que los medios, grandes o pequeños, decidan cubrir el tema con profundidad. Si bien hay una buena cobertura de eventos cotidianos en los noticieros, la investigación de fondo sobre el crimen organizado sigue siendo insuficiente. Es necesario que los medios asuman un compromiso para abordar este tema con mayor exhaustividad.
El peligro para el periodista
El ejercicio del periodismo de investigación siempre ha conllevado riesgos, pero el auge del crimen organizado en Chile podría aumentar la exposición de los profesionales.
–¿Qué dificultades enfrentan los medios pequeños al investigar el crimen organizado?
–Trabajo en un medio que podría considerarse pequeño, y hemos decidido abordar este tema. Hasta ahora, no hemos enfrentado mayores dificultades, pero sabemos que esto puede cambiar. En países como México, Colombia y Ecuador, las amenazas y agresiones hacia periodistas son comunes. Chile aún no ha llegado a ese punto, pero debemos estar preparados para implementar medidas de protección si la situación escala.
–¿Qué críticas haría a la cobertura periodística en este ámbito?
–Creo que el periodismo en Chile es vigoroso y que contamos con buenos medios de investigación. Sin embargo, echo de menos más trabajo investigativo en temas como este. Además, existe una tarea pendiente a nivel legislativo: el Estatuto de Protección de Periodistas aún no se aprueba en el Parlamento. Este proyecto de ley es clave para garantizar la seguridad de los profesionales y ha sido elaborado con aportes significativos de colegas.
Carlos Basso fue invitado a dar una charla a los estudiantes de la Universidad Diego Portales, invitado por la Cátedra Unesco en Comunicación y Participación Ciudadana y por la Sociedad del Derecho de las Letras, SADEL. En esa conferencia, abordó esta temática en profundidad.
Foto principal: De Rodrigo Fernández – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, Enlace